
Perspectiva
Porque Perespectiva no es un grupo de personas , sino la palabra misma.
Pero si miento que me den sangre de ardilla blanca, y que las nubes se congreguen en el cuenco de mi mano mientras pelo una manzana.
Pez soluble, manifiesto surrealista..
Pero si miento que me den sangre de ardilla blanca, y que las nubes se congreguen en el cuenco de mi mano mientras pelo una manzana.
Pez soluble, manifiesto surrealista..
domingo, 3 de mayo de 2009
Varias Lunas llenas ya
Varias lunas llenas ya, les han visto caminar
Diferentes mundos, sitios y espacios…
cada uno de ellos con seres originarios de los mismos
Coincidencias obsequiadas del destino
que mira hoy el sitio de donde procede uno de ellos
Encuentro de 2 seres
provenientes de mundos ajenos
espacios lejanos…
cercanos al observar del alma,
que desciende de una dulce y pura mirada
Una ventana aguarda el sueño al que pertenecen
desvaneciendo magia, generando con ellos nuevos conjuros
hablando con el sólo mirar del otro
presenciándose con cada cerrar de ojos
sintiendo así la existencia del uno con el otro
Sin saber la causa, pero si el efecto de la magia que abraza sus miradas
Diferentes mundos, sitios y espacios…
cada uno de ellos con seres originarios de los mismos
Coincidencias obsequiadas del destino
que mira hoy el sitio de donde procede uno de ellos
Encuentro de 2 seres
provenientes de mundos ajenos
espacios lejanos…
cercanos al observar del alma,
que desciende de una dulce y pura mirada
Una ventana aguarda el sueño al que pertenecen
desvaneciendo magia, generando con ellos nuevos conjuros
hablando con el sólo mirar del otro
presenciándose con cada cerrar de ojos
sintiendo así la existencia del uno con el otro
Sin saber la causa, pero si el efecto de la magia que abraza sus miradas
sábado, 2 de mayo de 2009
martes, 27 de enero de 2009
VARIACION II
El ojo de la diosa brillaba, ahí arriba, claro y limpio como la luz.
Dos hombres andaban por el camino que los llanos campos de la Mancha ofrecían al viajero errante; uno, flaco cual insecto palo pero altivo como un caballero de carne y hueso, montaba sobre un caballo tan desecho y famélico como él. El otro, que presentaba mayor peso y corpulencia, de aspecto bonachón y simpático, presentaba como montura un simple asno, de manera que la pareja formaba una imagen un tanto extraña, el uno al lado del otro.
Los hombres no iban en silencio; si alguien interesado hubiera querido escuchar su conversación, no habría tenido el más mínimo problema para hacerlo. Pero claro, a esa hora y en ese sitio, no había nadie. Sólo nuestros hombres.
- Dime, querido Sancho-decía el primero, el más alto de los dos-, cuéntame de la manera en que me hice estas magulladuras que no me dejan vivir, y con las que me he levantado este amanecer.
- Mi buen señor Quijana- respondió el llamando Sancho- nos topamos con unos molinos de viento en nuestra travesía, y a vuestra merced le dio por pensar que eran gigantes-dicho esto, miró de reojo a su señor.-No pude impedírselo, señor...ya sabe que a veces es difícil.
- ¿Gigantes?-nuestro famélico señor Quijana pareció pensativo durante un momento.-Oh, Sancho, no sabes cuánto siento que tengas que cargar con esto...
- No se preocupe, señor. No importa.
De lo que hablaban nuestros personajes era del extraño comportamiento del citado señor Quijada: resulta que padecía una enfermedad en la que su mente pasaba grandes espacios en blanco; en estos períodos del tiempo, nuestro caballero se comportaba como eso mismo: un caballero andante salido de un cuento de hadas.
Nadie sabía realmente el por qué de esta peculiar ambientación; tal vez por la afición que el señor Quijada tenía por pasatiempo -que era leer estas mismas novelas de caballería-, o tal vez por algún sueño perdido que este hombre hubiera enterrado en algún momento de su vida. Quién sabe.
- ¿Cómo es, señor?- preguntó el que iba montado sobre un asno- si me permite el atrevimiento.
El señor Quijada miró a su criado un tanto severamente, lo que hizo a éste bajar la mirada, a su vez un tanto avergonzado por tan poco sutiles palabras.
Sin embargo, en un susurro que hizo estremecer a Sancho (de tal alto grado de intimidad era, que acariciaba las palabras) se oyó una frase que nadie más hubiera podido escuchar, ni siquiera nosotros:
- Es como si...como vivir en un mundo en el que nada puede salir mal...un mundo en el que los caballeros andantes son amados y respetados; éstos luchan por la verdad y el honor, por supuesto...vives...en un lugar en el que tú eres el héroe que siempre soñaste, el héroe que deseas ser todos los días, pero nunca tienes la oportunidad...ése mundo es tu Edén, tu Jardín Secreto, ese rinconcito de tí mismo que conoces sin saberlo...
- No comprendo bien, señor-nuestro campechano Sancho, sin que afectara a sus buenas intenciones, no era muy docto para conceptos tan poco claros-, sintiéndolo mucho, tengo que pedirle que no se enrede* mucho.
Tras una pequeña pausa, y más pianíssimo que nunca, el señor Quijada dijo:
- El Mundo de los Sueños, Sancho...los sueños...-y mirando hacia el firmamento, amando la Luna que les sonreía, añadió para sí mismo - don Quijote...
* Sancho se refiere a “irse por las ramas”, dicho popular de la época en la que fue escrita esta insulsa variación de la gran obra literaria, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. No obstante, la forma que usa el autor no concuerda con la forma correcta: tal es su ignorancia.
Mónica López del Consuelo
España
Dos hombres andaban por el camino que los llanos campos de la Mancha ofrecían al viajero errante; uno, flaco cual insecto palo pero altivo como un caballero de carne y hueso, montaba sobre un caballo tan desecho y famélico como él. El otro, que presentaba mayor peso y corpulencia, de aspecto bonachón y simpático, presentaba como montura un simple asno, de manera que la pareja formaba una imagen un tanto extraña, el uno al lado del otro.
Los hombres no iban en silencio; si alguien interesado hubiera querido escuchar su conversación, no habría tenido el más mínimo problema para hacerlo. Pero claro, a esa hora y en ese sitio, no había nadie. Sólo nuestros hombres.
- Dime, querido Sancho-decía el primero, el más alto de los dos-, cuéntame de la manera en que me hice estas magulladuras que no me dejan vivir, y con las que me he levantado este amanecer.
- Mi buen señor Quijana- respondió el llamando Sancho- nos topamos con unos molinos de viento en nuestra travesía, y a vuestra merced le dio por pensar que eran gigantes-dicho esto, miró de reojo a su señor.-No pude impedírselo, señor...ya sabe que a veces es difícil.
- ¿Gigantes?-nuestro famélico señor Quijana pareció pensativo durante un momento.-Oh, Sancho, no sabes cuánto siento que tengas que cargar con esto...
- No se preocupe, señor. No importa.
De lo que hablaban nuestros personajes era del extraño comportamiento del citado señor Quijada: resulta que padecía una enfermedad en la que su mente pasaba grandes espacios en blanco; en estos períodos del tiempo, nuestro caballero se comportaba como eso mismo: un caballero andante salido de un cuento de hadas.
Nadie sabía realmente el por qué de esta peculiar ambientación; tal vez por la afición que el señor Quijada tenía por pasatiempo -que era leer estas mismas novelas de caballería-, o tal vez por algún sueño perdido que este hombre hubiera enterrado en algún momento de su vida. Quién sabe.
- ¿Cómo es, señor?- preguntó el que iba montado sobre un asno- si me permite el atrevimiento.
El señor Quijada miró a su criado un tanto severamente, lo que hizo a éste bajar la mirada, a su vez un tanto avergonzado por tan poco sutiles palabras.
Sin embargo, en un susurro que hizo estremecer a Sancho (de tal alto grado de intimidad era, que acariciaba las palabras) se oyó una frase que nadie más hubiera podido escuchar, ni siquiera nosotros:
- Es como si...como vivir en un mundo en el que nada puede salir mal...un mundo en el que los caballeros andantes son amados y respetados; éstos luchan por la verdad y el honor, por supuesto...vives...en un lugar en el que tú eres el héroe que siempre soñaste, el héroe que deseas ser todos los días, pero nunca tienes la oportunidad...ése mundo es tu Edén, tu Jardín Secreto, ese rinconcito de tí mismo que conoces sin saberlo...
- No comprendo bien, señor-nuestro campechano Sancho, sin que afectara a sus buenas intenciones, no era muy docto para conceptos tan poco claros-, sintiéndolo mucho, tengo que pedirle que no se enrede* mucho.
Tras una pequeña pausa, y más pianíssimo que nunca, el señor Quijada dijo:
- El Mundo de los Sueños, Sancho...los sueños...-y mirando hacia el firmamento, amando la Luna que les sonreía, añadió para sí mismo - don Quijote...
* Sancho se refiere a “irse por las ramas”, dicho popular de la época en la que fue escrita esta insulsa variación de la gran obra literaria, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. No obstante, la forma que usa el autor no concuerda con la forma correcta: tal es su ignorancia.
Mónica López del Consuelo
España
jueves, 23 de octubre de 2008
La Realidad como en sueños... Pero estando despierto
La realidad como en sueños...
Pero estando despierto
Ver con esos ojos...
con los mismos con los que ves los sueños
saber que es un mundo paralelo
y que este se constituye por más que deseos
Saber que estás despierto,
pero inmerso en el mundo de los sueños
porque tus ojos son testigos...
de la magia e incongruencia de ese viaje paralelo
Diferenciar entre soñar despierto
y vivir un sueño despierto
porque no es lo mismo
soñar y vivir los sueños
que ser parte de ellos
Y la realidad como en sueños, pero estando despierto
Pero estando despierto
Ver con esos ojos...
con los mismos con los que ves los sueños
saber que es un mundo paralelo
y que este se constituye por más que deseos
Saber que estás despierto,
pero inmerso en el mundo de los sueños
porque tus ojos son testigos...
de la magia e incongruencia de ese viaje paralelo
Diferenciar entre soñar despierto
y vivir un sueño despierto
porque no es lo mismo
soñar y vivir los sueños
que ser parte de ellos
Y la realidad como en sueños, pero estando despierto
domingo, 12 de octubre de 2008
Tu cuerpo contra el mío
Me acerco a la puerta
y al abrirse,
una fuerza inmensa
me empuja hacia dentro.
Una fuerza indescriptible,
que por más que lo desee,
no me permitirá salir
simplemente me lleva hacia ti.
Nuestros cuerpos se rozan,
se tocan y se unen.
Estamos tan cerca
que parecieramos uno.
Tu pecho contra mi espalda,
y el contacto es tal
que siento tu respiración,
cual si fuera una sola con la mía.
Un giro y ahora estamos de frente
tus pulmones empujan los míos
luchando por tomar un soplo de aire,
mientras nuestros alientos se unen.
Es inevitable este contacto
pues como dijera Chava Flores:
"Voy en el metro, que grandote,
rapidote que limpiote."
y al abrirse,
una fuerza inmensa
me empuja hacia dentro.
Una fuerza indescriptible,
que por más que lo desee,
no me permitirá salir
simplemente me lleva hacia ti.
Nuestros cuerpos se rozan,
se tocan y se unen.
Estamos tan cerca
que parecieramos uno.
Tu pecho contra mi espalda,
y el contacto es tal
que siento tu respiración,
cual si fuera una sola con la mía.
Un giro y ahora estamos de frente
tus pulmones empujan los míos
luchando por tomar un soplo de aire,
mientras nuestros alientos se unen.
Es inevitable este contacto
pues como dijera Chava Flores:
"Voy en el metro, que grandote,
rapidote que limpiote."
martes, 7 de octubre de 2008
Estoy dormido
Estoy dormido, lo se porque tengo los ojos cerrados, es de madrugada y muchos deben estar dormidos igual que yo, pero eso no me importa, el punto es que estoy dormido. Tengo los brazos sobre mi pecho y me están asfixiando, pero no puedo hacer nada porque estoy dormido, en cambio un mosco viene a salvarme, merodea cerca de mi rostro y mi brazo en automático se levanta alejando al insecto de mi cara y a mi brazo de mi pecho, puedo respirar, pero sigo dormido. Tuve miedo antes de dormir, con eso de la oscuridad… tengo ya bastantes años como para estar pensando en eso pero a mi no me importa porque estoy dormido. La mujer viene hacia mi y me acaricia el rostro, se acerca y me besa una mejilla, parece que se acostara junto a mi, y, parece que no es mi mujer, pero eso a mi no me importa porque estoy dormido, esta levantando la sabanas, ojala no me despierte porque estoy dormido, se despoja de sus ropas y se mete a la cama, pero parece que solo quiere abrazarme, eso esta bien porque estoy dormido, me gusta que me abracen cuando estoy dormido, quienquiera que sea no me importa, porque estoy dormido. Parece que empieza a llover, salgo de mi casa y acelero el paso para tomar el transporte publico, que bien me viene que llueva, así el agua en mi cara oculta las lagrimas, aunque, que importa que la gente vea que lloro, después de todo, estoy dormido. La mujer me abraza y puedo oler su cuello, maldita sea que bien que huele, casi me despierto pero logro que su aroma me embriague y sigo dormido. Al fin descubro que me dormí solo para estar dormido, lo cual importa un autentico pepino porque en realidad estoy dormido.
Toda Tú
Estar sin ser, existir sin saber quién eres y sin saber a donde perteneces,
porque tu cuerpo está aquí,
pero tu mente no puede encontrarte,
porque tus ojos ven el mundo,
pero tu alma divaga en el espacio.
Porque se está solo en este mundo y no hay una salida,
porque veniste a esta realidad sin saber que existen otros mundos,
porque el lenguaje comunica pero no te guía.
Estar sin saber en dónde pisas y sin saber con quien caminas…
porque ya no sabes lo que es normal,
sino sólo estas y sólo existes esperando un final.
Y si es que todo el tiempo imagino el futro,
viviendo en él y solo en él,
olvidándome de que vivo un presente.
¿Cuánto durará este viaje?
Si entre más viajo menos siento que regreso,
y no surge una, sino miles de cuestiones sobre este mundo...
con un ir y venir de ideas infinito.
Estoy atrapada en un cuerpo que no es el mío,
soy pero no me siento,
estoy pero tán sólo me desvanezco...
Déjame salir cual quiera que sea mi destino,
déjame descubrir y encontrar sola mi camino,
¿En dónde es que me encuentro que no he podido volver?
Deseando salir, impidiéndome ser libre…
este no es mi cuerpo pero si mi alma,
es mi alma en pena,
en pena porque no es libre,
un alma con miedo a la realidad,
con miedo a su camino,
con miedo a su destino...
en un abstracto mundo sin final.
porque tu cuerpo está aquí,
pero tu mente no puede encontrarte,
porque tus ojos ven el mundo,
pero tu alma divaga en el espacio.
Porque se está solo en este mundo y no hay una salida,
porque veniste a esta realidad sin saber que existen otros mundos,
porque el lenguaje comunica pero no te guía.
Estar sin saber en dónde pisas y sin saber con quien caminas…
porque ya no sabes lo que es normal,
sino sólo estas y sólo existes esperando un final.
Y si es que todo el tiempo imagino el futro,
viviendo en él y solo en él,
olvidándome de que vivo un presente.
¿Cuánto durará este viaje?
Si entre más viajo menos siento que regreso,
y no surge una, sino miles de cuestiones sobre este mundo...
con un ir y venir de ideas infinito.
Estoy atrapada en un cuerpo que no es el mío,
soy pero no me siento,
estoy pero tán sólo me desvanezco...
Déjame salir cual quiera que sea mi destino,
déjame descubrir y encontrar sola mi camino,
¿En dónde es que me encuentro que no he podido volver?
Deseando salir, impidiéndome ser libre…
este no es mi cuerpo pero si mi alma,
es mi alma en pena,
en pena porque no es libre,
un alma con miedo a la realidad,
con miedo a su camino,
con miedo a su destino...
en un abstracto mundo sin final.